martes, 12 de abril de 2011

Eso fue mercadeo, publicidad o relaciones públicas?

Las mujeres somos una cosa bien seria, como lo demuestra el último cuento que me echaron -café mediante. El interlocutor andaba cuarentón, divorciado y preocupado porque no levantaba mucho. Después de 6 años de casado lógicamente había perdido el don del levante, así que decidió llamar a una chica de esas que se anuncian en los clasificados y por Internet y contratarla para una pequeña activación BTL (publicidad no tradicional: promociones en calle, demostraciones, degustaciones, etc.). Las instrucciones fueron claras: nada de escotes ni locuras, te me vistes como una muchacha normal, chévere y bonita y nos vamos a un bar a conversar. Sip, a conversar. Más náa!

La táctica mercadotécnica dio resultados, pues Interlocutor salió del bar con los teléfonos de cinco amables y bonitas desconocidas que, viendo el mujerón con que andaba, dedujeron que Interlocutor debe ser 1) una maravilla en la cama 2) una maravilla firmando vouchers de tarjetas de crédito 3) una maravilla en general.

Algunas escuelas de RRPP recomiendan el uso de embajadores para promover servicios y productos, bajo la premisa de que al sentirnos identificados con el producto, procederemos a comprar los zapatos Adidas que usa Messi, la colonia de Antonio Banderas y los jeans de The Gap que usa la catira de Sex and the City. También, es cierto, aquello de la calidad percibida, lo que explica por qué los hombres “ocupados” son tan atractivos. Comodidad o experiencias previa, parece que seguimos creyendo en la publicidad y demás artilugios de la profesión y considerando a la buenmosura, la ropa, el carro y el arm candy como indicadores de calidad.... !